Nos espera un carnaval con mucha marcha,
¿ Tendremos fuerza suficiente para aguantar actividad tan intensa los cinco días de la semana?
Como las profes son grandes reposteras, comenzamos saboreando unos exquisitos dulces carnavaleros:
filloas, orejas, buñuelos, galletas de mantequilla, tarta de chocolate y . . . hasta magdalenas para celíacos.
Una vez que nuestra barriguita quedó saciada, empezamos con los preparativos:
antifaces, guirnaldas, globos . . .
Les dimos una sorpresa a nuestros papás,
¡Ja, ja, ja! ¡También nos divertimos paseando por el cole en moto!
¡Y cuando nos vinieron a recoger, éramos conejitos de colores!
Había que seguir la marcha y tocó bailar con nuestros preciosísimos tutús.
¡Con coreografía en forma de corazón!
¡Disfrutamos muchísimo dando vueltas y más vueltas!
Llegó la fiesta de disfraces y . . ¡menudo susto nos encontramos al llegar al cole!
Al principio no conocíamos a las profes, que se habían
convertido en payasos, hadas, piratas . . .
Pero nuestros papás nos prepararon con mucho cariño un disfraz precioso y nos sentimos felices.
¡Algunas veces no nos reconocían los amigos!
Y nos asustábamos un poquito
Pero al mismo tiempo era divertido vernos convertidos en nuestros personajes favoritos.
Jugamos a navegar en un barco pirata . . .
hasta acabar rendidos por los suelos,
y descubrimos que el carnaval estaba llegando a su fin.
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