Los preparativos fueron muy emocionantes al vernos libres de calcetines, tenis y pantalones.
Descubrimos que los pies sabían pintar.
No lo podíamos creer, todo nuestro cuerpo pintaba.
experimentábamos,
resbalábamos y nos caíamos,
lo pintábamos todo,
Y disfrutamos a tope.
¡INOLVIDABLE!
El tiempo transcurrió rapidísimo y descubrimos que tendríamos que meternos en el agua calentita para lavarnos
y dejar secar el mural tan especial al sol
Por la tarde, otros niños siguieron con la actividad y volvió a ser muy emocionante.
Al final el papel ya no aguantó con tanta pintura y falló por algunos puntos.
¡Y. . .menos mal que fue un viernes y llevamos los mandilones a lavar!
4 comentarios:
jajajaja, qué ricos!
Qué bien nos lo pasamos!!
Jajaja!!que ideas tan geniales teneis siempre!!
Que bien lo pasaron!!! A Vega le encantó!!! Menuda paciencia tenéis!!!
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